Bel-Air: más que una serie, un movimiento

Bel-Air llegó recientemente a Star+ con todos los episodios disponibles. Ambientada en la América actual, la serie exclusiva de la plataforma presenta una nueva y dramática mirada al viaje de cambio de vida del protagonista Will (Jabari Banks), desde las calles del oeste de Filadelfia hasta las mansiones cerradas de Bel-Air, donde ve cómo su vida da un vuelco, encontrando nuevos retos y prejuicios en un mundo de riqueza y aspiraciones.


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Mucho más que entretenimiento, Bel-Air trata también de un movimiento que plantea cuestiones importantes al público.

VIOLENCIA POLICIAL


Will era un buen estudiante y también la estrella del equipo de baloncesto del colegio, con un futuro prometedor. El joven decide participar en una apuesta con los traficantes de drogas del barrio donde vive, en el oeste de Filadelfia, y se llevaría 2.000 dólares si gana. De lo contrario, tendría que trabajar para la banda.

Acaba ganando la partida, pero una pelea hace que Will saque una pistola, dispare y apunte con el revólver al jefe de los traficantes. La policía llega y acaba deteniéndolo y, en este momento, la violencia policial presente en los barrios pobres y en las comunidades predominantemente negras se presenta con evidencia.

El violento hecho provoca traumas a Will, que ya no puede jugar al baloncesto y tiene pesadillas con flashbacks de aquella fatídica noche. Ahora, con sus huellas en el revólver y una guerra declarada, tiene su futuro sellado por dos caminos: la cárcel o la muerte.

CHOQUE CULTURAL


En la producción, el choque cultural es quizás aún mayor que en la serie original del reboot. Cuando Will deja su humilde barrio para vivir con sus tíos en uno de los barrios más lujosos de Los Ángeles, se encuentra con una grandiosa casa en la que, ni en sus mejores sueños, creería que podría vivir algún día, dejando clara la diferencia social entre los estados.

RIVALIDAD


La conocida rivalidad entre primos también está presente. De manera más seria, Carlton (Olly Sholotan) puede incluso ser visto como un "villano" en la producción, ya que ve a Will como un rival por la atención de su padre.

Para empeorar las cosas, Carlton es adicto a la cocaína y está enamorado de Lisa (Simone Joy Jones), que también se convierte en el interés amoroso de Will. Además, Carlton se conforma con ser amigo de jóvenes blancos y ricos, que no tienen reparos en no mostrar su racismo.

RACISMO


El racismo estructural se demuestra explícitamente. La producción presenta, en varios momentos, la tensión de ser un joven negro en una sociedad blanca elitista que no escatima esfuerzos para hacer que Will no se sienta bienvenido, explorando cuestiones raciales y de colorismo.

VIDEO



Bel-Air ya está disponible en exclusiva en Star+.

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